Porque la imagen es cada vez más importante tanto a nivel personal como a nivel profesional, los injertos de barba y bigote están siendo cada vez más comunes, y es que tener la barba y bigote con una buena densidad y bien definidos nos aporta muy buena imagen.
En un principio los injertos se realizaban para corregir diferentes problemas de calvicie. Hoy en día, además de realizarse micro injertos en el cuero cabelludo también se realiza en otras zonas del cuerpo como por ejemplo bigote o barba. Las intervenciones de implante capilar han mejorado significativamente, ya que antes se realizaban implantes capilares formados por grupos de pelos, actualmente se efectúa el trasplante capilar folículo a folículo, lo que permite que el resultado final sea más natural.
Y es precisamente el aspecto tan natural lo que más ha contribuido al aumento en la demanda del trasplante de barba y bigote.
En un principio los injertos de barba se utilizaban generalmente en pacientes que habían sufrido quemaduras, acné o cicatrices, pero desde hace años cada vez son más los hombres de 20-30 años, que acuden a nosotros para conseguir un trasplante de barba y estar a la moda o eliminar un complejo.
Al igual que un trasplante de cejas, debemos escoger injertos de 1 ó 2 cabellos como máximo para conseguir la naturalidad que buscamos. Es muy importante en un trasplante de barba conseguir un buen ángulo y dirección de los cabellos para obtener un excelente resultado. Preferiblemente, las unidades foliculares se obtendrán de la zona retro auricular, zona donde es más probable encontrar unidades foliculares de un solo cabello. No suelen necesitarse demasiadas unidades foliculares para este tipo de cirugía por lo que el intervalo suelo ir de 100- 200 unidades foliculares para cicatrices a 600-800 unidades foliculares para barbas lampiñas. Por esa razón no son cirugías excesivamente largas como suele suceder en las cirugías capilares del cuero cabelludo, necesitando en estos casos de 1 a 4 horas.
Una vez terminada la fase de extracción y selección de los folículos capilares, se procede a la apertura de los canales de menos de 0,5 milímetros en la zona de la cara del paciente a realizar el injerto. Este procedimiento es bastante laborioso y puede tardar varias horas, dependiendo de la cantidad de folículos capilares que sean necesarios para el implante de barba.
Aunque el pelo de la nuca no tiene el mismo calibre que el de la cara, al colocarlo en la dirección y el ángulo correctos (paralelo a la cara), queda perfecto y no se perciben diferencias. Después de los injertos de barba, el pelo injertado se cae debido al sock los para reaparecer al cabo de tres meses, siguiendo así la fase telógena o ciclo natural del crecimiento del pelo. A partir de este momento el paciente ya se puede afeitar o recortar la barba a su gusto.